Caritas Bizkaia pretende mejorar la calidad y condiciones de vida de las personas mayores, y en especial de las más vulnerables y con menos apoyos, potenciando su autonomía y favoreciendo la permanencia en su entorno habitual. También se intenta sensibilizar sobre la situación de este colectivo y sus necesidades.
Sabiendo que las dificultades que pueden asociarse a la edad aumentan cuando se viven situaciones de falta de apoyo y soledad, todas nuestras iniciativas tratan de ayudar especialmente a quienes tienen una red más empobrecida y de facilitar relaciones significativas.
Los proyectos se plantean con la clave de complementar otros ya existentes y tratando de acompañar a las personas en el ejercicio de sus derechos sociales. Toda esta labor no sería posible sin el empeño y dedicación personal de todas y cada una de las personas voluntarias, quienes de forma altruista y gratuita dan un sentido especial a toda la labor desarrollada.
Busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores que presentan dificultades sociales y/o familiares. Pretende fomentar su autonomía personal, favorecer su permanencia en el propio domicilio y el entorno, estimular sus relaciones, facilitar el acceso a los recursos comunitarios y apoyar a las familias que cuidan de mayores dependientes.
Las personas mayores no experimentan sólo necesidades centradas en elementos básicos (alimentación, higiene, vestido, sueño…), sino también otras esenciales y vinculadas con la estima, el afecto, la consideración, la identificación, el sentido de la vida. El proyecto de acompañamiento trata de responder a este tipo de necesidades emocionales para aliviar, así, el sentimiento de soledad que puedan sufrir.
Comprobamos que el acompañamiento hace bien a las personas mayores, pero también a las voluntarias, que hablan de satisfacción y de “recibir más que lo que dan”. Además, el proyecto ofrece una oportunidad al voluntariado de más edad de participar activamente desarrollando una labor en favor de otras personas. También las familias se sienten apoyadas cuando sus mayores cuentan con otros apoyos sociales y reconocen el valor singular de la relación que la persona voluntaria ofrece gratuitamente.
Además, aliviar la soledad evita sus consecuencias negativas y la utilización de recursos sociales y sanitarios. Y al prevenir el aislamiento, facilita el abordaje de los problemas antes de que lleguen a ser más graves.
Línea que está ofreciendo momentos de respiro a través del trabajo combinado de personas voluntarias y contratadas a las personas cuidadoras. Este trabajo está permitiendo poner de relieve la aportación única y necesaria de ambas figuras para procurar un cuidado integral, que responda mejor a las diferentes necesidades de las personas dependientes y sus familias.
Los seres humanos somos interdependientes; la vida es posible porque cuidamos y somos cuidados. Cuidar de una persona dependiente nos da la oportunidad de relacionarnos con ella de otra manera, agradecerle el apoyo recibido, aprender sobre la propia vulnerabilidad, etc. pero, a la vez, puede ser difícil, requiere esfuerzo, conlleva renuncias, puede generarnos emociones negativas… Apoyar a quienes cuidan es una forma de contribuir a su mejor calidad de vida y, con ello, a la de las personas que necesitan su cuidado.
Línea que apoya la realización de pequeñas obras que permitan eliminar barreras arquitectónicas, como la bañera, y mejorar las condiciones de seguridad y confortabilidad, en domicilios de personas con escasos recursos económicos.
Centro que atiende a personas mayores con un recorrido vital complejo y en situación de gran vulnerabilidad, que no encuentran una respuesta a sus necesidades en los recursos convencionales para las personas de su edad. A grandes rasgos se puede hablar de personas con escaso contacto con sus allegados, alojadas en pensiones, albergues o en pisos propios (viviendo solas), con algún tipo de adicción, trastorno o enfermedad mental, con poca confianza en sus capacidades.