Noticia03/03/2024

Cultivando Esperanza

3 de marzo. Día mundial de la Naturaleza

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas son la guía que la sociedad actual ha de tener en cuenta para preservar la naturaleza. A través de ellos, queda claro que el problema medioambiental que estamos viviendo no es un problema paisajístico. Es principalmente un problema social. Por ello, aunque el terreno de juego es un huerto, en este artículo no hablaremos de azadas ni de rastrillos. Hablaremos de esperanza.

En un mundo donde la naturaleza es nuestra mayor fuente de vida y sustento, cada gesto hacia su preservación es una celebración de nuestra conexión con el planeta. En Cáritas de Gernika, esta conexión se manifiesta a través del proyecto Ortukide, que va más allá de trabajar la huerta: es un acto de solidaridad y esperanza por el medio ambiente y por nuestros semejantes.

Nuestro proyecto de huerto ecológico es una muestra de cómo podemos trabajar en armonía con la naturaleza para generar beneficios no solo para nosotros mismos, sino también para aquellos que más lo necesitan. Los participantes de este proyecto siembran semillas de tomates, alubias, guisantes, etc., que son a su vez semillas de esperanza.

Lo que hace que este proyecto sea verdaderamente especial es su propósito: no solo cultivamos alimentos ecológicos para nuestro propio consumo, sino que también los dedicamos a quienes no tienen cubiertas todas sus necesidades básicas. Cada hortaliza cosechada se convierte en un símbolo de solidaridad para aquellos que luchan por encontrar alimentos nutritivos y saludables.

La esencia de nuestro trabajo radica en el respeto hacia la naturaleza y hacia nuestros semejantes, con lo que contribuimos al logro de dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: el objetivo 2 (Hambre Cero) al proporcionar alimentos saludables a quienes más lo necesitan, y el objetivo 12 (Producción y Consumo Responsables) al fomentar prácticas agrícolas sostenibles que respetan y protegen nuestro precioso entorno natural. Tener claros estos objetivos y trabajar para poder cumplirlos ha generado cohesión de grupo y complicidad entre los participantes, factores que mejoran claramente la autoestima e influyen favorablemente en el buen desarrollo del proyecto.

 

En el espíritu de la «Casa Común» proclamada por el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’, reconocemos que todos compartimos un hogar común en este planeta y que tenemos la responsabilidad compartida de cuidarlo y protegerlo para las generaciones futuras. Nuestro huerto ecológico es más que un lugar de cultivo; es un recordatorio tangible de nuestra interconexión con la tierra y con nuestros semejantes, y de nuestra responsabilidad de preservar y proteger esta “Casa Común”.

En este Día Mundial de la Naturaleza, celebremos no solo la belleza y la abundancia de nuestro entorno natural, sino también el poder transformador que yace en nuestras manos cuando decidimos cuidar y proteger nuestro planeta y a nuestros semejantes. Sigamos sembrando semillas de esperanza, amor y solidaridad en cada rincón de la tierra, recordando siempre que juntos, podemos cultivar un mundo mejor para todos.