Estás en casa. Hator!
Estás en casa.
La Cuaresma de este año, como tiempo de conversión personal y comunitaria, es un buen momento para atender la llamada a cuidar de la “casa común” que nos hace el Papa Francisco.
Esa casa común es la madre tierra, el hogar de todas las personas que la habitamos. Y su cuidado a nivel mundial depende de los pequeños gestos y decisiones diarias que de modo individual realizamos desde donde cada una estamos.
Preparemos la Cuaresma pensando en cuidar del mundo natural y social en el que vivimos, comprometiéndonos en apostar contra la pobreza desde lo concreto. Y hagámoslo en comunidad, con nuestros vecinos y vecinas, con nuestra comunidad parroquial, con nuestras compañeras y compañeros del voluntariado de Cáritas, con nuestra familia, con las personas que participan en nuestros proyectos, … porque de esa comunión y convivencia pueden surgir ideas y propuestas de mejora de nuestro entorno.
Dejemos atrás los errores cometidos, los vicios mantenidos que nos alejan de la ecología integral, arrepintámonos de corazón y dispongámonos a trabajar en favor de esa casa común en cada decisión que debamos tomar cada día.
“El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión” (Laudato Si, 228)
‘Estar en casa’ significa velar por ese cuidado de la casa común, y aprender a administrar nuestra casa que es el planeta Tierra. La llamada para el cuidado de la casa común nos invita a realizar un cambio de enfoque en la relación de una/o mismo con las demás personas y con el mundo, a dejarnos interpelar por ese «mundo de Dios» que nos rodea y que nos llama a un compromiso por sus necesidades y a seguir fortaleciendo nuestro ser comunidades acogedoras e inclusivas desde el compromiso.
¿Qué puedes hacer tú?