Se agrava la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo
Además de los asesinatos, saqueos y continuos combates hay que lamentar el desplazamiento continuo de miles de familias mientras la situación sigue siendo inestable y muy volátil. Caritas Bukavu y Kasongo se coordinan con agentes locales y comisiones de la Iglesia para dar respuesta en la medida de sus posibilidades a esta crisis humanitaria.
La República Democrática del Congo vive la crisis humanitaria más compleja y prolongada de África que se ha visto agravada desde enero, cuando el grupo armado M23 junto al ejército ruandés se hizo con el control de la capital de Kivu Norte, Goma, y hace unos días hizo lo mismo con Bukavu, la capital de Kivu Sur.
Desde entonces, este grupo ha ido avanzando por territorios y comunidades, donde Caritas Bizkaia había iniciado un proyecto de fortalecimiento de comités locales de organización comunitaria (CLOC) para promover acciones de protección y empoderamiento de defensoras de Derechos con acento en la violencia de género. Este proyecto apoyado por Elankidetza, la red de Caritas y liderado por Caritas Bukavu y Caritas Kasongo se ha visto afectado directamente por esta crisis.
Algunos de los territorios destinatarios del proyecto han sido ocupados por los rebeldes, como localmente se les denomina, que si bien en Goma encontraron oposición, provocando una masacre; actualmente avanzan sin oposición de las fuerzas armadas congoleñas que han continuado su huida hacia el sur. Todas nuestras actividades relacionadas con formaciones y sensibilización no se han podido realizar, aunque aquellas actividades relacionadas con la mediación de conflictos y apoyo a familias se mantienen dado que Caritas forma parte de la red comunitaria presente en el territorio.
Además de los asesinatos, saqueos y continuos combates entre el M23 y FARDC (Fuerzas armadas de la RDC) hay que lamentar el desplazamiento continuo de miles de familias mientras la situación sigue siendo inestable y muy volátil. Caritas Bukavu y Kasongo se coordinan con agentes locales y comisiones de la Iglesia para dar respuesta en la medida de sus posibilidades a esta crisis humanitaria.
No podemos olvidar que esta zona del Este de la RDC es rica en minerales como cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán. Estos minerales son necesarios para la fabricación de móviles y otros equipos electrónicos. La explotación de estos recursos es la principal causa de este conflicto que vulnera derechos humanos y de la tierra y sesga la vida de miles de personas ajenas a los beneficios de esos minerales generan en otra parte del mundo.
Los dos proyectos que acompañamos en Kinshasha con Caritas Kinshasha y las Hermanas Pasionistas, no han visto alterada la marcha de sus actividades, pero viven las consecuencias de las manifestaciones, los saqueos y la inseguridad.