Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas
“Caminando por la Dignidad: escuchar, soñar, actuar” es el lema de este año para la X Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. El marco para este encuentro es la celebración del Día de Sta. Josefina Bakhita, el día 8 de febrero, patrona de las personas que sufren la violencia de la trata. En nuestra diócesis, el acto central será un encuentro de Oración y Testimonio, acompañado por Mª Luisa del Pozo, religiosa oblata, que trabaja desde hace más de 25 años en el barrio de San Francisco y colabora con en la Mesa de Migraciones. El acto tendrá lugar hoy en la iglesia de Santa Josefa de Miribilla, mañana, a las 18:30 h.
En este contexto, las comunidades cristianas somos llamadas a caminar juntas para mantener horizontes de vida, generar esperanza y manifestar nuestro compromiso con la dignidad humana de todas las personas en cada uno de los rincones del planeta.
La religiosa oblata María Luisa del Pozo ofrecerá mañana su testimonio en Miribilla. En intervenciones anteriores, Del Pozo ha defendido que en la lucha contra la trata de seres humanos «no sobra nadie. En la medida en que nos podemos estar perdiendo en ideologías y las mujeres pueden quedar en tierra de nadie. Que tampoco es tierra de nadie, sino una tierra que puede ser ocupada por aquellos que las explotan» .
Para Del Pozo es de suma importancia distinguir lo que es delito de lo que no lo es ya que existen muchas ideas preconcebidas en torno a la prostitución. «Todo se confunde, prostitución, trata, trafico, explotación sexual…». La prostitución en sí, en España no es ilegal. España es firmante del convenio abolicionista de Naciones Unidas de 1949, en el que no se penaliza la prostitución. «Sí es delito la trata de seres humanos, que está recogida en el artículo 177 bis del código penal. También lo es el tráfico, que es un delito contra las personas, el tráfico ilícito de inmigrantes, la coacción e inducción a la prostitución y la explotación sexual. Estos son los delitos». Salimos al encuentro, a las periferias, a los lugares donde las mujeres ejercen la prostitución, estamos con las personas en situación de vulnerabilidad y las que se encuentran en exclusión social. Estamos cerca de estas realidades, las conocemos y las acompañamos, y por ello, ayudamos a detectar situaciones de explotación y de trata.
