Etorkizunari begira. Navidad, camino de esperanza
Este tiempo siempre trae consigo la oportunidad de lo nuevo y también la de renovar o retomar algo que dejamos por el camino. Para todas las personas este tiempo es diferente y especial. Es la oportunidad del reencuentro y de volver a las fuentes que dan sentido a nuestra vida.
Las comunidades cristianas celebramos que Dios nace y sigue naciendo en medio de nuestra realidad. Más allá de la superficialidad del consumo, de las luces y las prisas, anhelamos encontrarnos con la verdad que nos habita para compartirla.
Es el tiempo privilegiado para despertar y hacernos conscientes de que Dios llega para abrazar nuestra humanidad herida, para hacerse frágil y vulnerable. Frente a la angustia, la desesperanza y la violencia que inundan nuestro tiempo, necesitamos ver y sentir cerca personas que vivan despiertas, con los ojos abiertos y sin vendas, que con su forma de vivir abrazan la vida y la hacen acogedora y esperanzada.
“La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros”. Jn 1,14
¿Qué puedes hacer tú?
- Abre los ojos a la realidad. Muestra apertura a lo que pasa a tu alrededor cada día. Encuentra en tu entorno personas, proyectos o situaciones en las que, como María de Nazaret y la joven del cartel de la campaña, nos conecten con actitudes de cariño, abrazo, servicio, acogida, cuidado de la vida, cercanía, corresponsabilidad…. Nos hablan del sueño de Dios.
- Practica la solidaridad, allí donde te necesiten se abre camino a la esperanza. Déjate empapar por el ejemplo de Jesús, permite que te cale hondo y te cuestione para tomar decisiones y compromisos.
- Busca satisfacer y alegrar a quienes están a tu alrededor. Al hacerlo estás repartiendo esperanza.
- Comparte fraternalmente tus bienes. Suelta dependencias y apegos apostando por el ser y renunciando al tener. La verdadera alegría consiste en dar y en darse.
- Medita, entra en tu interior para descubrir y sentir a Dios. Practica el silencio y la contemplación.
- Refuerza tu compromiso por la dignidad y derechos de las personas.
Celebrar esta campaña de Navidad es una invitación a ser signo de luz y de esperanza. Una invitación a abrazar a quien lo necesita y a dejarse abrazar por Dios y las demás personas.