“Vivir seis meses en una ecoaldea como Gaia Terra es una oportunidad única para aprender a vivir de forma más consciente y sostenible”
Nuestra compañera Nerea Fernández de Aguirre lleva desde comienzos de enero realizando un voluntariado en una ecoaldea de Italia, donde practica y promueve un estilo de vida sostenible. Permanecerá allí hasta mediados de julio gracias al programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), una iniciativa que impulsa la participación de la juventud en actividades solidarias accesibles y de calidad. El objetivo es reforzar la cohesión social, la solidaridad, la democracia, la identidad europea y la ciudadanía activa dentro y fuera de la Unión Europea.
Nerea, ¿en qué proyecto estás realizando esta experiencia de voluntariado?
Me encuentro en “Gaia Terra”, un proyecto que pone en práctica un modelo de vida sostenible y ecológica. Aquí trabajamos la tierra según los principios de la permacultura y la agricultura natural, intentando reducir al mínimo nuestro impacto en el medio ambiente. Además de cuidar del entorno, compartimos la vida en grupo —de forma temporal o permanente— con personas que creen en este modelo. Gaia Terra busca generar un impacto positivo en la sociedad, siendo un ejemplo de vida sana y respetuosa en todos sus aspectos.
¿Cómo ha sido la acogida y el inicio del proyecto?
La adaptación ha sido progresiva. Las personas que viven aquí, tanto residentes como voluntarios, te ayudan a entender y a desenvolverte en este nuevo estilo de vida. Cada pequeño gesto importa: desde cómo usamos el baño o los productos de limpieza, hasta el consumo de luz, la forma de cocinar, obtener recursos o gestionar los residuos. Todo tiene una intención consciente para minimizar el impacto negativo.
¿Qué tipo de actividades se realizan en Gaia Terra?
Las tareas principales son el trabajo en la huerta, la cocina, la bioconstrucción y la limpieza. Pero también hay otras actividades muy enriquecedoras como el intercambio con agricultores locales o la autoproducción de productos como jabón probiótico o leche vegetal. Personalmente, he participado sobre todo en la huerta y en la cocina, donde he aprendido a plantar árboles y a preparar diferentes platos veganos. Pero Gaia Terra no solo busca cubrir las necesidades funcionales. También se pone un gran énfasis en la vida en común y el crecimiento personal. Para ello, nos reunimos regularmente en círculos donde compartimos emociones y tomamos decisiones colectivamente. Esto refuerza el sentido de pertenencia y crea vínculos muy profundos dentro del grupo.
¿Qué le dirías a otras personas jóvenes que estén pensando en participar en un voluntariado europeo?
Sin duda, animo a vivir una experiencia como esta. Pasar seis meses en una ecoaldea como Gaia Terra es una oportunidad única para aprender a vivir de forma más consciente y sostenible, y también para crecer como persona en un entorno colectivo. Me siento muy afortunada de estar aquí.
Eskerrik asko, Nerea, por compartir desde Italia una experiencia tan transformadora. Ojalá muchas más personas jóvenes se animen a seguir tus pasos.