Noticia22/11/2024

COMUNICADO CÁRITAS EUSKADI: ¿Y si todas las partes cumpliéramos?

Desde Cáritas Euskadi, queremos subrayar la importancia de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) como una herramienta clave para apoyar a las personas y familias en situación de vulnerabilidad, promoviendo su inclusión social y garantizando unas condiciones de vida dignas. Esta prestación es, para muchas personas, un puente hacia la estabilidad económica y una oportunidad para avanzar en sus procesos de integración y participación en la sociedad. 

En los últimos días, el Departamento de Economía, Trabajo y Empleo ha hecho públicas algunas de sus actuaciones. En particular, las gestiones realizadas por inspección de trabajo en el control de los contratos para evitar la temporalidad en aquellos en los que no corresponda. Por otra parte, también ha anunciado la puesta en marcha de un canal de denuncias que pueden utilizar aquellas personas que sospechen o conozcan situaciones de fraude en torno a la RGI.

No se nos escapa que la Ley obliga a la existencia de un Canal de Denuncias en las empresas de más de cincuenta personas trabajadoras, pero dicho canal es para denunciar las malas prácticas en dichas empresas.  Lamentablemente, una vez más, en lo referido a la RGI se actúa de manera que se traslada la imagen de que quien defrauda es la persona usuaria; así lo da a entender la campaña puesta en marcha por Lanbide bajo el lema “Cumplir es tu garantía”. 

En el marco de esta campaña, se activa un buzón donde la ciudadanía podrá, de manera anónima, denunciar situaciones que considere fraudulentas. Cabe recordar que los informes de los últimos años indican que los fraudes no constituyen más del 1% de las gestiones y que, en ocasiones, las situaciones irregulares son provocadas por una falta de agilidad y claridad en el modelo de gestión de Lanbide, que genera indefensión en las personas usuarias.

Aun así, subrayamos que el cumplimiento riguroso y el uso responsable de las prestaciones sociales de manera que lleguen a quienes las necesitan es algo que, de manera mayoritaria, se está cumpliendo en Euskadi.

Por ello, una vez más, denunciamos el impacto negativo, injusto y poco veraz que se traslada al imaginario social sobre las personas en situación de pobreza que se ven abocadas a recurrir a esta prestación social, sobre todo cuando se abre la puerta a la denuncia desde el anonimato.

Nuestra experiencia, consolidada por muchos años de acompañamiento a personas perceptoras de RGI, nos lleva a constatar que el problema real gira en torno a las enormes dificultades a las que se enfrenta la población en situación de pobreza, tanto para acceder a la RGI como para mantenerse en ella. Hablamos de dificultades burocráticas, falta de información clara, de atención centrada en la persona, de coordinación, estigmatización y desorientación en las personas que solicitan la prestación, entre otras, que hacen que se vean expulsadas del sistema, con poco margen de maniobra y posibilidades para defenderse y un impacto muy grave en sus condiciones de vida y procesos de inclusión social.

En esta línea, informes emitidos por el Ararteko han destacado que uno de los principales retos de la gestión de la RGI radica en la simplificación de los trámites y en la mejora de la información proporcionada a las personas solicitantes. Dicha institución ha señalado la necesidad de un enfoque más inclusivo y humanizado en el acompañamiento a las personas beneficiarias, recomendando medidas que eliminen las trabas burocráticas y potencien el acceso equitativo a la protección social.

Entendemos que el sistema de la RGI debe afrontar retos mucho más extendidos e importantes que el fraude. Coincidimos en que ha de ser erradicado, pero instamos a Lanbide a que dirija sus esfuerzos en la línea de seguir avanzando en acompañar los procesos de inclusión de las personas y no tanto en señalar y presuponer determinados comportamientos a los colectivos más vulnerables. Agradecemos el compromiso de la sociedad y de las instituciones por seguir trabajando en un modelo que priorice la dignidad y fomente valores de cohesión y solidaridad. La RGI no solo representa un apoyo económico, sino también una expresión de nuestra responsabilidad colectiva/comunitaria para construir una sociedad más justa e inclusiva.

En Vitoria-Gasteiz, a 21 de noviembre de 2024