Campaña

NaVIDAd en COMUNidad. Bizi batera

Tiempo de ilusiones, de cambios, de esperanzas. Tiempo de permanecer en medio de las circunstancias que rodean nuestra realidad, pero con ánimo renovado.

Tiempo nuevo, tiempo de hacer germinar esperanza en el ser humano que confía, que cree que algo diferente ya está sucediendo.

Tiempo para ser aprovechado porque es un regalo, pero también es una responsabilidad.

Año extraordinario de gracia en el que se nos ha convocado a vivir el Jubileo de la Esperanza, un tiempo de renovación espiritual y una oportunidad para ser testigos de la esperanza, para ser peregrinas y peregrinos de esperanza.

Estamos en el tiempo de la auténtica esperanza: pongamos la atención en lo bueno que hay en el mundo, sin dejarnos arrastrar por la tentación de la negatividad y del mal. Es la hora de perseverar, confiar, creer y amar. Ilusión y entusiasmo a las novedades, lo que parecía imposible, se hace posible.

La esperanza cristiana es un don, es gracia que recibimos, y toma forma de semillas de fraternidad y de solidaridad en cada persona que las deja brotar en pequeños gestos y acciones cotidianas que contagian esperanza.

 

“Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostdo en un pesebre ”. Lc 2,12

¿Qué puedes hacer tú?

Pequeños cambios en actitudes, relaciones, compromisos. Somos personas que llevamos dentro semillas de fraternidad y solidaridad que brotan en forma de pequeños gestos y acciones cotidianas que contagian esperanza

Hacemos posible la Navidad

  • Cuando acunamos en nuestro corazón y en nuestros brazos bellos sentimientos para todas las personas, cuando alimentamos sanas intenciones, cuando desarrollamos buenas acciones.
  • Cuando confiamos e infundimos confianza, cuando creemos que merece la pena entregarse, arriesgarse a amar.
  • Cuando superamos el conformismo, las dudas o el riesgo al fracaso, cuando tenemos la confianza y la fuerza para ponernos en camino.
  • Cuando vivimos en estado permanente de buena esperanza en un mundo desesperanzado, cuando apostamos por un futuro mejor y nos empeñamos en dar luz.
  • Cuando manifestamos nuestra actitud crítica frente a cualquier sistema que aliene a las personas haciéndolas esclavas.
  • Cuando no nos dejamos arrastrar por la abundancia, por lo superfluo que ahoga el sentido y la trascendencia que habita en lo sencillo. El Papa León nos recuerda el riesgo de considerar racional un estilo de vida que ignora que nuestra comodidad a veces se construye sobre la fragilidad de otras personas. Cuando vivimos con sencillez permitimos que otras personas sencillamente puedan vivir.
  • Cuando nos dejamos contagiar por la Magia de Dios, cuando estamos disponibles para que el Espíritu fecunde y decididamente nos empuje a implicarnos, a comprometernos.