Noticia15/04/2025

Un camino compartido, una esperanza común

La campaña Nadie Sin Hogar 2024 pone el foco en el camino, ese lugar común por el que transitamos en la vida, y en la posibilidad de encontrarnos. El encuentro forma parte de ese camino en el que queremos ofrecer la oportunidad para acercarnos, conocer, dejar que sean las propias personas en situación de pobreza y sinhogarismo las que puedan expresar en primera persona quiénes son, qué viven, qué buscan y qué esperan. La vida es un proceso, muchas veces doloroso, un camino en el que atravesamos diversas etapas y circunstancias, en el que juntos podemos convertir en camino de esperanza.

Por ello, desde la Confederación Cáritas se ha propuesto a las a Cáritas diocesanas realizar una parte del Camino de Santiago con el objetivo de vivir una experiencia compartida y simbólica del Camino. Desde el área de Personas sin Hogar de Caritas Bizkaia han participado 4 personas del centro Etxepel de Durango. Entre ellas Sara Huguet, acompañante del centro:

Desde mediados de febrero empezamos a hacer rutas semanales de unos 12-15 kilómetros alrededor del duranguesado para ir cogiendo fondo. También aprovechamos esos días para ir llenando la maleta, no solo con saco, botas y botellín, también de ilusión, nervios y ánimo frente a esta nueva aventura.

Desde la Confederación Cáritas nos habían dividido en 3 equipos. A nosotros nos tocaba recorrer las últimas etapas del camino sanabrés junto a personas de las diocesanas de Cáceres, Tenerife, Burgos, Segovia, Madrid, Ferrol y Oviedo. Pese a que al principio todos nos sentimos extraños, el camino hizo su magia rápidamente y pasamos de ser a unos completos desconocidos a bromear entre nosotras. La suerte siguió de nuestro lado y al acabar nuestra primera etapa y llegamos a Arzúa nos recibió su comunidad cristiana. Además de una deliciosa merienda donde pudimos degustar su conocido queso, también nos nutrimos compartiendo experiencias. Pudimos darnos cuenta de que pese a venir de orígenes muy distintos, de la ciudad o del entorno rural, todas compartimos las ganas de convivir y hacer comunidad

A la mañana siguiente, el día 2, con las espaldas un poco dolorida por los muelles y alguna noche interrumpida por algún que otro ronquido, volvimos a emprender camino. Volvíamos a tener la climatología de nuestra parte y la etapa era preciosa. Mientras andábamos, era divertido escuchar como las compañeras de Tenerife se entusiasmaban al ver vacas pintas o compartir consejos sobre plantar tomates con los de Segovia. Aprovechábamos las paradas para sellar la credencial para descansar un poco y comprobar que estábamos todos bien antes de seguir para adelante. Cuando nos faltaban unos 5 kilómetros para llegar al final de esta etapa paramos a ponernos crema solar, comprobar el estado de nuestros pies y comer un bocadillo para coger energía para ese último tramo del día. Ya por fin en el albergue, en Pedrozo, pudimos ducharnos y descansar un poco. Aprovechamos también para hacer una breve asamblea y hablar sobre nuestros sentires, ilusiones, esperanzas… Cada una tuvo tiempo y espacio para escribirse una carta a sí mismo que ofreceríamos al día siguiente al Apóstol Santiago en la misa del peregrino.

 

En Pedrozo visitamos la iglesia en honor a la virgen de Santa Eulalia. Tuvimos la suerte que el párroco del lugar nos explicó algunas curiosidades, y es que con su forma de concha se trata de una iglesia muy peculiar. También tuvimos la oportunidad de conocer a personas voluntarias de ese municipio saber más de su labor en la comunidad.

El día 3 nos levantamos con especial emoción porque era el día en que, además de llegar a Santiago, nos íbamos a juntar en el Monte do Gozo con las compañeras y compañeros de las otras Cáritas que estaban haciendo por un lado el camino inglés y por otro el sanabrés. El momento de ese encuentro fue muy emocionante, vernos a todas juntas, casi 115 personas de 27 diocesanas diferentes, preparando la acción que más tarde haríamos en la plaza del Obradoiro, todas cansadas pero felices.

Al llegar a la plaza, frente a su magnífica catedral, pudimos hacer un acto reivindicativo para recordar que el Sinhogarismo es un problema de todas y todos los ciudadanos al que no debemos permanecer ajenos.

Y como colofón de la jornada y el fin de este camino tan especial, acudimos a la misa del peregrino, la misa diaria de las 19.30 en la Catedral de Santiago. Allí el cura que oficiaba la misa habló de nuestra experiencia y de la labor que se realiza desde Cáritas para acompañar y atender a las personas que se encuentran en una situación de exclusión social. Fue muy emocionante escuchar sus palabras y ver cómo se prendía y funcionaba el botafumeiro. Fue el final perfecto para una experiencia que sin duda volveríamos a repetir.

Sara Huguet, acompañante del centro Etxepel