Noticia09/08/2023

Día Internacional de los Pueblos Indígenas

La conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas se celebra este 9 de agosto en un evento virtual cuyo tema central es «Juventud Indígena como agentes de cambio para la libre determinación». En el mundo hay cerca de 476 millones de personas indígenas que representan al 6 % de la población mundial. Son herederas de una gran diversidad lingüística y cultural, de costumbres y tradiciones ancestrales que han asegurado la conservación del 80% de la biodiversidad del planeta y gran parte de las soluciones al cambio climático. A pesar de ello, constituyen el 19 % de las personas extremadamente pobres y se encuentran entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo a causa de la economía imperante.

Hoy, queremos poner en valor el proyecto Liderazgo indígena para el desarrollo económico en Mountain Province y Mindoro Oriental impulsado por Cáritas Filipinas, junto a la población indígena igorot y mangyan de Mountain Province y Oriental Mindoro (Filipinas). Caritas Bizkaia apoya esta iniciativa junto a otros agentes de la Red Cáritas y la Cooperación y se desarrolla en dos zonas de la diócesis de Calapán:

Cáritas Filipinas

 

  • Paracelis (en M. Province) es una de las seis ciudades más pobres de la región de la Cordillera, y el hogar de 3 tribus Igorot sin tierra. La pobreza aumenta debido a la producción generalizada de maíz transgénico (BT) que atrae a los pueblos indígenas, sobre todo mujeres, a adquirir capital en forma de préstamos para los insumos necesarios, como plántulas e insumos agrícolas sintéticos (herbicidas, insecticidas, etc.). Las tasas de interés altas de los proveedores de crédito colocan a las mujeres indígenas en ciclos interminables de deudas. La práctica poco saludable de la producción de maíz BT causa enfermedades respiratorias, desnutrición y graves impactos ambientales.
  • En Mindoro, las ocho tribus mangyan consideradas como el primer pueblo de la isla, son ahora una minoría debido a la continua agresión al desarrollo (minería, deforestación y creación de infraestructura), la falta de oportunidades económicas, la pérdida del acceso a sus tierras que conducen a la migración forzada y la falta de acceso a los servicios de salud.

El proyecto Liderazgo Indígena desarrolla tres grandes bloques de actividades para hacer frente a la pobreza indígena:

  • el primero está relacionado con la formación, la producción agroecológica y las granjas escuela por las que pasarán cerca de 600 agricultores y agricultoras con el objetivo de que la desnutrición infantil en la población indígena desaparezca;
  • el segundo bloque de actividades tiene que ver con los canales de comercialización, empresas sociales, grupos de apoyo con el objetivo de romper la dependencia del maíz transgénico, promover la formación de empresas sociales autónomas y romper también la dependencia de prestamistas informales y
  • el tercer bloque de actividades se vincula al trabajo con organizaciones locales y el gobierno local para definir una agenda local de desarrollo que incluya a representantes indígenas en el consejo municipal de Victoria y Paracelis, entre otras acciones.

Fr. Edwin A. Gariguez, actual director diocesano de Calapán Mindoro, ha acompañado desde hace muchos años a estas comunidades como director de Cáritas Filipinas y por ello, es gran conocedor de la cosmovisión indígena y los factores que llevan a estas comunidades a la marginación. Fr. Edwin señala que esta marginación es “fruto de la mercantilización de las tierras, los ecosistemas y el entorno natural que los pueblos indígenas consideran sagrados y les obliga a renunciar a sus valores tradicionales y al alma misma de su cultura. Lo que predomina en el sistema de mercado ya no es el carácter social de la producción y el intercambio, sino el ansia individualista de acumulación, independientemente de la consideración más amplia del bienestar general y el apoyo a la comunidad.

Para la sociedad tradicional, la adquisición de riqueza no es un valor en sí mismo, sino que lo que más se enfatiza es el gesto de generosidad, la convivencia y la vida armoniosa con la comunidad. Pero en el sistema sociocultural emergente, definido por las prioridades del mercado, esa conciencia idealizada se está desvaneciendo poco a poco.

No debería sorprendernos que las comunidades tradicionales mangyan tengan un paradigma de desarrollo diferente, que va más allá del parámetro del dinero, sino que se preocupa más por la preservación del bienestar general de la comunidad y su interacción saludable con su entorno natural, concretamente con el ecosistema forestal.”

En Caritas Bizkaia consideramos que las mujeres y la juventud indígena, son signo de esperanza para un planeta con desafíos a nivel climático y de justicia social. Desde esta creencia nos comprometemos con las iniciativas que responden a estos retos. También nos unimos a la comunidad internacional para reclamar que en los espacios de decisión participen representantes indígenas para incluir en las agendas políticas la diversidad de cosmologías e identidades. Pedimos así mismo, medidas especiales urgentes para su protección y la defensa de sus derechos.