Noticia20/11/2022

Caritas Bizkaia y los derechos de la infancia

Desde siempre Caritas ha apostado por una sociedad que cuide a los más pequeños, a los más vulnerables. Las niñas y los niños, no solo son el futuro de nuestra sociedad sino un presente que hay que cuidar y proteger si queremos lograr una sociedad más justa para todas las personas. 

La lucha por conseguir en las diferentes partes del mundo el respeto a los derechos de los niños y niñas no solo es una constante en nuestra labor diaria, sino una necesidad imperiosa para poder romper el círculo de la transmisión generacional de la pobreza que mantiene las situaciones de desigualdad de unas generaciones a otras.

La crisis sanitaria ha privado a los menores en situación social más precaria de parte de sus infancias, de su tiempo de ser niñas y niños. Por eso, desde Caritas se apuesta por que ningún niño ni ninguna niña retroceda no sólo en sus niveles de protección de derechos básicos como alimentación, salud o educación, sino tampoco en niveles afectivos, como la ilusión, el ocio, el cariño o la amistad que proporcionan seguridad y cercanía.

Por eso, en este día tan señalado, queremos poner de relieve los siguientes derechos:

  • El Derecho a un ocio y tiempo libre saludable de los niños y niñas, que constituye una fuente de estímulo para su desarrollo afectivo, físico, intelectual y social además de ser un factor de equilibrio y autorrealización.
  • El Derecho a participar y ser escuchados, fundamental en los niños y niñas, tengan la edad que tengan, de forma que sean los verdaderos protagonistas de sus vidas.
  • Derecho a una educación de calidad e inclusiva: su ausencia es base de las desigualdades y las pobrezas. Urgen respuestas para frenar la desigualdad educativa, punto de partida de la desigualdad de oportunidades entre niños y niñas.
  • Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a tener una familia que les quiera. La familia es fuente de SEGURIDAD y AMOR y es clave en la transmisión intergeneracional de la pobreza.
  • Desde Cáritas apostamos y acompañamos a las niñas y los niños, a los adolescentes y a sus familias en el derecho a ser felices, a encontrarse y sentirse plenos, a tener un bienestar desde lo individual, lo familiar y desde lo comunitario.

 

Este año, desde Caritas Bizkaia hemos querido poner el subrayado en este último derecho. El derecho a ser felices. Por eso, estos días en los proyectos de infancia estamos llevando a cabo una actividad que hemos denominado “La pócima de la felicidad”.

Se trata de que cada niño o niña del proyecto pueda escribir en un papel aquellas cosas que le hacen felices, tanto dentro como fuera del proyecto.  Pueden ser cosas sencillas, gestos, actitudes, que hacen que cada persona se sienta mejor. Cada una de estas cosas las meteremos en un tarro en el proyecto y así podremos conformar nuestra pócima de la felicidad.

Es una manera de escuchar a los niños y niñas, reconocer la felicidad como un derecho, ponerlo en valor, y también de hacernos responsables a todos y todas del bienestar de los demás.

Un día tan señalado como hoy, no podemos dejar de citar los avances que a nivel legislativo se van produciendo en materia de protección de la infancia. Tanto la ley de protección de la infancia aprobada en 2021 en nuestro país, como la recién presentada Estrategia Vasca contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia, suponen un avance importante, destacando algunos puntos:  

  • Refuerza el derecho de los niños y niñas a ser escuchadas y participar en todos los asuntos que les conciernen.
  • Sitúa el interés superior del menor en el centro y traslada la importancia de determinarlo para cada caso particular.
  • La protección de los niños frente a la violencia es otra de las mejoras significativas. Define el concepto de lo que entendemos por violencia y regula medidas concretas de protección
  • Incorpora el concepto de prevención y buen trato como estrategia de intervención. Anticipándose a las situaciones de violencia.

Es un paso importante en materia de protección a la infancia, pero aún nos queda mucho por hacer.  Porque la infancia no solo es el futuro, también es un presente tangible que debemos cuidar y proteger.